Roma no es una ciudad para los padres con sillitas de bebés. Cruzar
las calles a través de los coches o motos aparcados incluso en los pasos de
peatones, caminar por las aceras llenas de agujeros, hace que un simple paseo
por la ciudad eterna se convierta en una misión imposible.
Tampoco es fácil encontrar donde tomar
algo con los niños y aprovechar para hacer una “parada técnica” y cambiar el pañal.
Si os encontráis en el barrio de
Prati, zona Vaticano, os recomiendo IL GIANFORNAIO, para cualquier momento del día
(desayuno, comida, merienda, aperitivo, cena) en Via dei Gracchi, 179. Está abierto
todos los días de la semana.
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